Novena de Aguinaldos.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Oración para todos los días


Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que les disteis en vuestro Hijo la mejor prenda de vuestro amor para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En torno a él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro hijo humanado; suplicándoos por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en su pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ell

Oración para los días pares.



Navidad es la fiesta humana y divina por excelencia; en ella se vive la alegría de la fe y de la amistad con Dios, se olvidan las penas y angustias y se abre la esperanza a días mejores. En ella renace el amor de los corazones sufridos, se sanan los rencores y se vislumbran nuevos anhelos. Pero ante todo, la Navidad es la fiesta de la Familia. Congregados alrededor del pesebre, expresión externa de nuestra fe, vivimos los adultos el recuerdo de nuestra niñez y los pequeños asisten a una escuela de fe y amor que no olvidarán en su vida.


Oración para los días impares.

Navidad: Una vez mas el misterio de “Dios con nosotros”, el Poderoso, hecho humilde para ser acogido por los hombres. El grande hecho pequeño para caber en los corazones. El Verbo de Dios hecho carne para habitar entre nosotros.

Que hermoso eres Niño divino. Que alegría trae tu presencia en el pesebre.Tú sabes que nuestro hogar necesita de ti. Derrama sobre esta familia la paz, la gracia y bendición. Renueva lo viejo. Da vigor a lo cansado, unión a lo disperso. Que nuestra familia se sienta llena de tu presencia y de tu amor.

Oración a la Santísima Virgen

Soberana María, que por vuestras grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma, y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado Hijo. ¡Oh dulcísima Madre! Comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con la que aguardasteis vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Se reza tres veces el Ave Maria.


Oración a San José

¡Oh Santísimo San José! Esposo de María y padre adoptivo de Jesús. Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan altos ministerios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abraséis en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.(Se reza el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria).

Gozos

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Coro

Dulce Jesús mío, mi niño adorado,
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

Gozos para todos los días

¡Oh sapiencia suma del Dios soberano,
que a infantil alcance te rebajas sacro!
¡Oh Divino Niño, ven para enseñarnos
la prudencia que hace verdaderos sabios!

 ¡Ven a nuestras almas!¡
 Ven no tardes tanto!

 ¡Oh, Adonaí potente que a Moisés hablando,
 de Israel al pueblo disteis los mandatos!
 ¡Ah! ven prontamente para rescatarnos.
 Y que un niño débil muestre fuerte brazo!

 ¡Ven a nuestras almas!
 ¡Ven no tardes tanto!

 ¡Oh raíz sagrada de José, que en lo alto
 presentan al orbe tu fragante nardo!
 ¡Dulcísimo Niño que has sido llamado
 lirio de los valles bella flor del campo!

 ¡Ven a nuestras almas!
 ¡Ven no tardes tanto!

 ¡Llave de David que abre al desterrado
 las cerradas puertas del regio palacio!
¡Sácanos, Oh Niño,con tu blanda mano,
 de la cárcel triste que labró el pecado!

¡Ven a nuestras almas!
 ¡Ven no tardes tanto!

¡Oh lumbre de Oriente sol de eternos rayos,
que entre las tinieblas tu esplendor veamos!
¡Niño tan preciado,dicha del cristiano,
 luzca la sonrisa de tus dulces labios!

 ¡Ven a nuestras almas!
 ¡Ven no tardes tanto!

 ¡Espejo sin mancha Santo de los santos,
 sin igual imagen del Dios soberano!
¡ Borra nuestras culpas, salva al desterrado
y, en forma de Niño da al mísero amparo!

 ¡Ven a nuestras almas!
 ¡Ven no tardes tanto!

 ¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro,
de Israel anhelo, pastor del rebaño!
 ¡Niño que apacientas con suave cayado
 ya la oveja arisca, ya el cordero manso!

 ¡Ven a nuestras almas!
 ¡Ven no tardes tanto!

 ¡ Ábranse los cielos y llueva de lo alto
 Bienhechor rocío,como riego santo!
 ¡Ven hermoso Niño! Ven Dios humanado,
 luce hermosa estrella,brota flor del campo.

 ¡Ven a nuestras almas!
 ¡Ven no tardes tanto!

 ¡Ven que ya María previene sus brazos
 do su niño vean,en tiempo cercano!
 ¡Ven, que ya José, con anhelo sacro,
 se dispone a hacerse de tu amor sagrario!

 ¡Ven a nuestras almas!
 ¡Ven no tardes tanto!

¡Del débil auxilio del doliente amparo,
consuelo del triste,luz del desterrado!
¡Vida de mi vida,mi dueño adorado,
mi constante amigo,mi divino hermano!

¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

Vé ante mis ojos,de ti enamorados!
Bese ya tus plantes,bese ya tus manos!
 Prosternado en tierra te tiendo los brazos,
y aún más que mis frases te dice mi llanto!

¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!

Ven, Salvador nuestro, por quien suspiramos,
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto!

Oración al Niño Jesús.


Acordaos ¡Oh dulcísimo Niño Jesús! Que dijisteis a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en Vos ¡Oh Jesús, que sois la misma verdad! Venimos a exponeros toda nuestra miseria.


Ayudadnos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concedednos, por los méritos de vuestra encarnación y de vuestra infancia, la gracia... de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a Vos ¡Oh Niño omnipotente! Seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente os su cuna y more eternamente. Amén.

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